miércoles, 5 de marzo de 2014

CONSIDERACIONES SOBRE LAS RELACIONES ENTRE LO SOCIAL, LO POLÍTICO Y LO JURÍDICO (III)

DE LO SOCIAL, LO POLÍTICO Y LO JURÍDICO (III)
 
El interés general se encuentra protegido en la medida de que los derechos de cada uno estén garantidos por quienes detentan la conducción de la sociedad. Esta idea se encuentra claramente ilustrada por el art. 1. de la Constitución francesa de 1793: “El fin de la sociedad es el bienestar común. El gobierno ha sido instituido para garantir al hombre la plenitud de sus derechos naturales e imprescriptibles”. El gobernante, magistrado o funcionario que pretenda atentar contra las libertades de una sola persona se convierte en el enemigo de todos.

La vitalidad de los derechos no depende de confiar o de exigir su custodia a una persona o a una entelequia institucional. Los derechos en nuestro entender no se otorgan ni se reconocen, sino que se obtienen como resultado de una conquista de todos los días. El bienestar social se logra a través de velar por el bienestar de cada uno. Uniendo ideas de Borges y de Von Ihering, lo que un hombre hace es como si lo hicieran todos los hombres; por tanto, cuando alguien defiende sus derechos, está defendiendo que los demás puedan ejercer los suyos. Velando por nuestros derechos obtendremos que los respeten; nada ni nadie nos los dará, sino que debemos oponerlos y hacerlos valer por nuestro esfuerzo. Para lograr ese respeto podemos ayudarnos del orden jurídico, ya que es el espacio para defender el ejercicio de las libertades, para exigir a los gobernantes y a los cohabitantes a acatarlas y respetarlas. Todo debe por ende, transcurrir dentro del buen Derecho que es para el beneficio común y no para perjudicar a nadie; fuera de él, nada.

Las normas, destinadas a guiar y no a sojuzgar, deben dictarse dentro de los lineamientos y principios que ha acordado la “norma virtual” que encarna los valores y principios en que todos los seres humanos  de una sociedad civil están de acuerdo. El bien máximo que dio causa a esa norma virtual en la cual se concentran todos los valores y aspiraciones de una sociedad, es la Felicidad, que se proyecta en todos los niveles de lo social, lo político y lo jurídico como fin último de cada uno y de todos ellos. Recordamos que un Derecho, un Gobierno, una Sociedad, no son fines en sí mismos ni se justifican por sí mismos. Ninguna libertad tiene sentido, ninguna sociedad encontrará su propósito, ningún gobernante o magistrado se sentirá legitimado, ningún orden jurídico gozará de prestigio, si no apunta hacia la Felicidad.

Destacar a la Felicidad como propósito de todo lo que es Humano, evidencia que es prioritaria en el orden de un programa progresista en el buen y elevado sentido, hacia arriba y hacia adelante, para siempre.

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